Advierten que el 40% de las enfermedades trasmitidas por alimentos ocurren en los hogares

 

Las ETA más comunes en la Argentina son «la salmonelosis, intoxicación estafilocócica, Escherichia Coli y triquinosis». Especialistas señalaron que «aún hace falta generar conciencia» sobre hábitos, normas de higiene y efectos del cambio climático en «toda la cadena del sistema alimentario».

El 40% de los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) en Argentina ocurren en el hogar, advirtieron este martes especialistas y señalaron que «aún hace falta generar conciencia» sobre los hábitos, normas de higiene y efectos del cambio climático en «toda la cadena del sistema alimentario», en el marco del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos que se celebra este miércoles.

Según especifica el Ministerio de Salud, la inocuidad de los alimentos es la ausencia, a niveles seguros y aceptables, de peligro en los alimentos que puedan dañar la salud de las y los consumidores.

«Es lo que nos garantiza que un alimento no nos hará daño», indicó a Télam la nutricionista Jorgelina Garri, y agregó que «el acceso a alimentos inocuos, nutritivos y seguros en cantidad suficiente es fundamental para mantener la buena salud».

Las enfermedades transmitidas por los alimentos pueden ser de naturaleza biológica, química o física, con frecuencia invisibles a la vista, y suelen ser causadas por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas perjudiciales, consignaron desde el Colegio de Nutricionistas bonaerense.

Debido a que más de 200 enfermedades son a causa de alimentos contaminados, una de cada diez personas en el mundo -cerca de 600 millones anualmente- padece una de estas enfermedades después de comer alimentos contaminados, y casi 420.000 mueren al año por esta misma causa, detalló la Organización Mundial de la Salud (OMS).

También se informó que casi un tercio de todas las muertes por enfermedades de transmisión alimentaria se producen en niños menores de cinco años.

En este sentido, las ETA más comunes en Argentina son «la salmonelosis, intoxicación estafilocócica, Escherichia Coli y triquinosis, entre otras», detalló Garri.

«En Argentina, el 40% de los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) ocurren en el hogar. Es por ello que la inocuidad es de responsabilidad compartida entre gobiernos, productores y consumidores. Se debe concientizar y educar al consumidor en este sentido para disminuir las probabilidades de contraer enfermedades transmitidas por alimentos», alertó la nutricionista.

Para lograr esto, la especialista remarcó la importancia de aplicar buenas prácticas de higiene, proporcionar acceso al agua potable y fomentar el uso de sistemas de gestión de la inocuidad de alimentos en lo que respecta a toda la cadena alimentaria.

Esto incluye medidas de seguridad en cuanto a la producción, procesamiento, almacenamiento y distribución, así como también al final de la cadena en la manipulación y consumo.

Por su parte, Marisa Caipo, oficial en Inocuidad y Calidad Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, indicó que «la inocuidad es importante porque la alimentación es la tercera necesidad humana básica después del aire y del agua».

«Cuando los alimentos son inocuos pueden contribuir a nuestra salud y seguridad alimentaria. Cuando no, las personas no puede desarrollarse, la pobreza no disminuye y una vida saludable no es posible», aseguró la especialista en diálogo con Télam desde Santiago de Chile.

Si bien señaló que muchas de las medidas para preservar la inocuidad de los alimentos en los hogares como lavarse las manos antes de comer, están «naturalizadas», alertó que «aún hace falta generar conciencia».

En cuanto a los efectos del cambio climático sobre los alimentos, la experta de la FAO señaló que tienen un impacto que «afecta desde diferentes áreas«, por ejemplo, «en la producción primaria, los cambios en los cultivos inducen la formación o el crecimiento de mohos, y a su vez a veces esto produce toxinas que causan daño en la salud de personas».

También, «al haber plagas hay más problemas fitosanitarios, ya que cuando hay alteraciones de temperatura generalmente aparecen más insectos, que también pueden ser contaminantes de los alimentos», ejemplificó Caipo.

El impacto del cambio climático en los suelos, por ejemplo, genera «que se degraden o tengan un mayor componente de metales nocivos», y advirtió que «todo esto afecta la salud primaria».

«Lo que hace falta aún es un mensaje más sistémico, por eso el enfoque de ‘Una Salud’ es fundamental», añadió sobre la mirada unificadora propugnada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca un equilibrio sostenible entre la salud de las personas, los animales y los ecosistemas.

Garri, por su parte, remarcó que «es sumamente necesario lograr que todos tengamos acceso a los alimentos inocuos para garantizar la salud de la población y la seguridad alimentaria y nutricional».

«La inocuidad de los alimentos es una responsabilidad compartida entre gobiernos, productores y consumidores. Brinda garantía de que un alimento no causará daños a las personas y, de esa forma, contribuye tanto a la seguridad alimentaria como a la seguridad nutricional», sintetizó la nutricionista.

Recomendaciones

Finalmente, el Colegio de Nutricionistas bonaerense emitió una serie de recomendaciones para fomentar la inocuidad alimentaria entre las que se encuentran: lavarse las manos antes de preparar alimentos y a menudo durante la preparación; separar, siempre, los alimentos crudos de los cocinados y de los listos para comer, utilizando diferentes utensilios y recipientes.

También recomendaron cocinar completamente los alimentos, especialmente carne, pollo, huevos y pescado, y hervir los alimentos como sopas y guisos; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua potable y materias primas seguras.

Por último, solicitaron tener cuidado en la selección de los productos crudos que, luego, serán consumidos.