28 de mayo: Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres y personas LGBTIQ+

Además, en nuestro país, esta fecha ha sido históricamente reivindicada como jornadas de lucha por el derecho al aborto y fecha elegida por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito para presentar sus proyectos de ley.

Asimismo, desde el 28 de mayo de 2014 se conmemora también el Día Internacional de la Salud Menstrual, buscando visibilizar los dilemas vinculados a la salud sexual y reproductiva de todas las personas menstruantes e interpelar al Estado en cuanto a la confección de políticas públicas al respecto.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud debe ser pensada de manera integral, esto implica no solo tener en cuenta el bienestar físico sino también el bienestar mental y social de la persona.

Las mujeres y disidencias sexuales, hemos estado sometidas y sometidos a lo largo de la historia al avasallamiento de nuestros derechos humanos, desde violencia obstétrica, abortos clandestinos, discriminación por motivos de género y orientación sexual, así como el no cumplimiento de nuestros derechos sexuales y reproductivos.

Nuestra Universidad no solo se encuentra abocada a la educación pública y de calidad para nuestras y nuestros estudiantes, sino también nos preocupa las realidades violentas y desiguales para las mujeres y personas LGBTQI que predominan en nuestra sociedad.

La violencia de género debe ser pensada como un problema de salud pública, las mujeres y disidencias sexuales, debido a la opresión patriarcal en la que nos encontramos en el plano social, económico y político, contamos con mayores obstáculos en la protección de la salud física, emocional y mental.

En tal sentido, nuestra Universidad a través de la Secretaría de Igualdad, Derechos y Diversidad, cuenta con un Protocolo para la atención de la violencia de género, el acoso y la discriminación basada en razones de género u orientación sexual.

El protocolo es un instrumento que contempla una serie de medidas para intervenir ante situaciones de violencia y discriminación basadas en el género u orientación sexual, tendientes a brindar asistencia, protección y resguardo de las personas afectadas, en el ámbito de nuestra Universidad.

Como Universidad somos un actor comprometido con la comunidad que le da vida, el contexto injusto y desigual en el que estamos inmersas e inmersos, nos interpela al momento de generar políticas universitarias que garanticen una vida digna e igualitaria para todas y todos, en que la sexualidad y la (no) reproducción se ejerzan libres de violencias, desde el deseo, el placer y la autonomía.