Con el abrazo de la igualdad
Reflexionar sobre las discapacidades y la necesidad de tener una mirada inclusiva hacia quienes están vulnerados por su discapacidad se hace imprescindible. Varias cosas dijimos en las últimas editoriales sobre la inclusión, sobre la solidaridad, sobre la importancia de avanzar en una mirada política común respecto a tender puentes para una sociedad más justa.
No alcanza con legislaciones, sin una sociedad comprometida. La visibilización en el camino de la igualdad, no es solamente una cuestión de género -muy necesaria de abordar culturalmente en el camino hacia una sociedad de iguales- también está emparentada con entender que los limites sobre las discapacidades pueden desaparecer si somos capaces de reinventar nuestra sociedad.
Asumir una nueva mirada posible es parte de esa propuesta. Reconocernos, articular nuevas opciones, entendernos como parte de un entramado de relaciones sociales, es una parte importante de una propuesta concreta de visibilidad, porque asumirnos como diferentes, como individuos en una sociedad en términos generales, no nos hace más, pero tampoco nos hace menos.
En esa idea, las leyes, las iniciativas de visibilización, las propuestas concretas de participación ciudadana, son buenas si son asumidas como propias en seno de la comunidad organizada. Por eso, saludamos la iniciativa de construir encuentros, de hermanar vecinos y de entender a estas fechas como una oportunidad para generar espacios de reconocimiento y avance.
Pero también, apelamos a nuestros vecinos para asumirlas como propias, para abrir los brazos y para abrazar a cada uno de nuestros vecinos que desde su amor y con la discapacidad a cuestas, pero con un enorme orgullo nos invitan a compartir el sueño de la igualdad. Con unidad, con solidaridad, con inclusión y aprendiendo de su eterna perseverancia.