Conectarse con el otro no es solamente chatear

 

Asistimos a nuevas opciones y posibilidades de conectarnos permanentemente, somos parte de una conectividad plena en términos concretos: millones de personas usan las diferentes redes, otros tantos los sistemas de mensajerías gratuitas y unos tantos más abordan desde la individualidad del mundo del internet, a sus millones de amigos. Pero entonces, dónde quedó él cara a cara.

En el mundo de la hiperconexión, las distancias parecen cada vez más lejanas, los abrazos no terminaron la pandemia, cada vez estaban más ausentes, tiempo antes de que el COVID irrumpiera en nuestras vidas. Y en ese marco, las distancias que se acrecentaron con la hiperconexión hoy no están más fáciles de resolver. Al tiempo que la alfabetización digital genera ciertas brechas que parecen infranqueables, los transportes que pudieran abrazar los kilómetros que nos separan también representan un problema de acceso a las mayorías populares.

Por eso, desde la Urbe no solamente saludamos que avance el proyecto de nuevas estaciones de trenes en las inmediaciones de Almirante Brown que permitan que más vecinos se acerquen a la Universidad Guillermo Brown, entre otras cuestiones, como uno de los transportes más accesibles; también festejamos la posibilidad de que esos vecinos puedan hoy cargar su pase de ómnibus en varios puntos de nuestro distrito.

La conectividad no es solamente una materia cibernética, también es la garantía de que podemos llegar a donde necesitamos llegar para construirnos como sujetos pero dentro de un entramado de relaciones sociales. Nos impulsa el objetivo de ver que Brown revitaliza las relaciones vinculares entre vecinos, nos reencuentra en espacios, y nos hermana en sentimientos que nos contienen. Ese camino del abrazo, es el que queremos transitar.