Acorralado por la policía, se suicidó el principal sospechoso por el crimen de una jubilada
Con un arma de fuego se quitó la vida de un tiro en la cabeza el principal apuntado de haber matado a la anciana. En la vivienda del sospechoso hallaron el auto que había sido grabado en las cercanías del domicilio de la víctima y, dentro de este, alhajas de ella. También había un chaleco antibalas.
El presunto autor del homicidio de Beatriz Mansilla, la jubilada de 80 años asesinada el lunes en su casa de la localidad bonaerense de Carapachay, partido de Vicente López, se suicidó dos días después antes de ser detenido como principal sospechoso del crimen.
Identificado como Ezequiel Alejo Varela Pascuali, de 24 años, se efectuó un tiro en la cabeza con un arma de fuego en un domicilio de la calle Tres de Febrero al 2000 de la localidad de San Andrés, partido de San Martín.
“Un testigo que estuvo con él contó que el acusado le confesó el hecho de punta a punta, fuimos a buscarlo y, cercado, se suicidó”, informó un vocero encargado de la pesquisa.
El procedimiento fue realizado por la DDI San Isidro y de la SubDDI Vicente López tras una orden del fiscal Musso.
De acuerdo al primer informe realizado por médicos forenses, se determinó que aron que Mansilla aparentemente murió por “estrangulamiento a lazo” con un cinturón de cuero negro que la víctima tenía alrededor del cuello.
Los forenses también advirtieron que en las muñecas de Mansilla había marcas que indicaban que durante el tiempo que estuvo viva había intentado desatarse.
De acuerdo a los datos de la investigación, el crimen ocurrió en horas de la mañana y que el asesino ingresó poco después de que el hijo de Mansilla, que es empleado de comercio, saliera rumbo a su trabajo, antes de las 9 del lunes.
El hecho fue descubierto el lunes, poco antes de las 19, cuando el hijo de Mansilla regresó de trabajar y halló a su madre asesinada y maniatada en su casa de la calle De Luca al 5.200, de Carapachay, en el norte del conurbano bonaerense.
Algunos ambientes y las pertenencias de la víctima se encontraban desordenadas, aunque la puerta de ingreso a la vivienda no presentaba signos de violencia.
Eso hace sospechar o que el atacante conocía a la víctima o que desplegó alguna artimaña para lograr acceder a la propiedad.
Al respecto, los detectives establecieron que Varela Pascuali había vivido un tiempo atrás en esa cuadra, por lo que podría haber llegado a conocer los movimientos de la mujer y su hijo.