Cuántos cumple la mujer más longeva de la Argentina
Casilda Benegasive es de Mar del Plata y hoy festejará un año más de vida. Tiene dos hijos, ocho nietos, ocho bisnietos y tres tataranietos. El año pasado se contagió coronavirus y lo superó. Es la cuarta persona con más años en el mundo.
asilda Benegas es la persona más longeva de la Argentina, y la cuarta del mundo, y cumple hoy 115 años. La mujer vive en Mar del Plata y hoy suma un año más en su vida. Durante la Navidad de 2020, se contagió de Covid-19 pero logró atravesar la enfermedad sin síntomas.
Benegas tiene una familia numerosa: dos hijos, ocho nietos, ocho bisnietos y tres tataranietos. Hoy festejará con todos ellos y compañeros del hogar “Abuela Coca”.
Nacida en Paraguay, llegó al país en 1945 y recorrió varias provincias del norte hasta que se instaló en Mar del Plata. Vivió en España, entre 2001 y 2013, pero regresó a “La Feliz” y ahora reside en la residencia de ancianos.
Casilda ostenta el récord de haber sido la segunda persona de mayor edad en todo el mundo en recuperarse del virus originado en China. Es además la cuarta personas más longeva del mundo en ser inmunizada, acción que desarrollaron los profesionales de PAMI en marzo del año pasado, días antes de su cumpleaños.
“Seguimos festejando. Le vamos a llevar la torta de cumpleaños y unos sanguchitos de miga, porque aunque le encantan las cosas dulces, también come sanguchitos de miga”, explicó Irene, una de sus nietas, al diario La Capital.
Además, contó que “come de todo, no le hace mal nada, aunque prefiere lo dulce. Le gustan tanto la crema como el dulce de leche”. Tampoco toma medicamentos. Su nieta contó que en el último control, el médico le sacó la medicación que tomaba para la presión porque ya no era necesario. «Apenas toma una pastilla, de toda la vida, por el reuma porque le duelen las rodillas”, aseguró.
“No tiene colesterol ni diabetes. Nada de nada. Solo cada tanto se agarra una gripe, pero al tercer día resucita”, dijo su nieta y añadió: “Ella está bien. Mucho no habla, pero cada vez que la voy a visitar está ubicada en tiempo y espacio. Me habla, cuenta las típicas historias de abuela, de cuando era chica en Paraguay. Y me dice ‘Marikena está conmigo siempre’, que es mi hija que vive en España”.
Hasta el 2012, Casilda vivía sola, en la casa de su hija Esther pero “completamente independiente”. “Se hacía la cama, se bañaba sola, pero ese año como que se le consumieron las neuronas y, bueno, tuvimos que llevarla al hogar”, contó su nieta.