Definen un régimen de promoción para la producción y uso del hidrógeno bajo en carbono
El Gobierno nacional trabaja en el borrador de un régimen de promoción del #hidrógeno bajo en carbono para presentar antes de fin de año, y en la concreción de tres estudios de base que permitan avanzar en definiciones de costos, demanda y normativa para la producción, en su estrategia hacia 2030.
Fuentes oficiales explicaron que se trabaja en el Proyecto de Ley de Régimen de Fomento para la producción y exportación de hidrógeno libre de emisiones en elaboración conjunta con el sector privado, bajo la coordinación de la Secretaría de Asuntos Estratégicos (SAE), la mesa interministerial y en articulación con el consorcio H2Ar creado hace un año con Y-Tec a la cabeza.
La idea es presentar ese borrador antes de fin de año, y al mismo tiempo avanzar en la adjudicación de tres estudios técnicos para los cuales se recibieron hasta esta semana 60 manifestaciones de interés orientadas al potencial y costos de la producción de hidrógeno en la Argentina, de la demanda potencial local e internacional, y de normativas y regulaciones técnicas.
Una vez adjudicados esos estudios se considera que se podrán contar con las primeras conclusiones antes de que finalice el primer semestre de 2022, momento en el que se buscará también comenzar a definir los primeros proyectos pilotos tempranos y en las líneas de financiamiento posibles.
Las diferentes proyecciones sobre la dimensión del mercado del hidrógeno dificultan establecer un escenario base para proyectar la capacidad local de penetración en este mercado, pero siguiendo las previsiones más conservadoras Argentina podría lograr una penetración hacia 2050 de entre el 2,5 y el 5% del mercado global.
Estos volúmenes resultan factibles teniendo en cuenta la capacidad de generación de energía renovable, y permitiría atraer un volumen de inversiones de por lo menos US$100.000 millones de dólares y generar exportaciones por más de US$15.000 millones anuales, similares a las registradas por el complejo sojero en 2020.
La generación de empleo asociada a este volumen de inversiones depende de muchos factores, como el grado de integración nacional asociado a los bienes de capital, el tipo de hidrógeno del que se trate, la fuente de generación de energía y las cadenas de valor afectadas.
Sin embargo, se puede estimar que el empleo asociado a esta industria podría superar los 50.000 trabajadores en los distintos sectores de actividad.
En conjunto, se asegura que las ventajas competitivas, la disponibilidad de recursos, y la capacidad científico tecnológica disponible permitirán el posicionamiento de Argentina como actor global relevante en transición energética.
Esa perspectiva se vio reafirmada en los últimos días con el anuncio de la firma australiana Fortescue de invertir unos US$ 8.400 millones para la producción a gran escala de hidrógeno verde destinada a exportación, desde la provincia de Río Negro.
Pero en el caso de los pilotos se trata de aplicaciones de la producción de hidrógeno en pequeña escala, camino a un desarrollo masivo, vinculados a la producción de hidrógeno azul (a partir de gas natural), análisis de almacenamiento de CO2, de almacenamiento subterráneo de hidrógeno.
Los pilotos también estarán vinculados, explicaron los voceros consultados, a plantas de exportación de amoníaco libre de emisiones, la descarbonización de industrias claves, la sustitución H2 gris por H2 libre de emisiones, y en transporte en flota pesada en corredor de rutas comerciales regionales, y el tren de carga Vaca Muerta a hidrógeno.
Uno de los proyectos considerados de inmediata implementación posible es el que contempla la mezcla de hidrógeno en la red de gas natural para los usuarios residenciales, aprovechando el amplio desarrollo de conocimientos en ese segmento y la extensa red de gasoductos y redes de distribución.
El Gobierno lanzó formalmente en mayo pasado la Estrategia Nacional de Hidrógeno 2030, con la constitución de la mesa interministerial en el marco del CES, que cuenta con la participación de empresas privadas y el sistema científico tecnológico, que tendrá a su cargo definir la hoja de ruta del desarrollo de este combustible.
Y en ese espacio se analiza una transición propia, en el marco de la transición energética global, que significa el desarrollo inicial del hidrógeno azul, aprovechando la disponibilidad inmediata y abundante de gas natural, en camino al hidrógeno verde que utiliza como fuente a las energías renovables.
En cualquier caso, los sectores de mayor atractivo de expansión del hidrógeno de bajas emisiones se orientan al transporte, a la materia prima combustible, a la generación de calor y energía, a la alimentación de la red eléctrica y a las exportaciones en gran escala, con el dominio de la tecnología y la reducción de costos.
Precisamente, en este punto, los estudios que lleva adelante la mesa permitieron reseñar que la competitividad del hidrógeno se verá incrementada por el desarrollo de economías de escala, y así los costos del hidrógeno verde descendieron un 50% desde 2015 y se estima que se reducirán un 30% más para 2025.
Pero además de los costos de producción decreciente, en el escenario del hidrógeno verde el Gobierno advierte que la Argentina cuenta con regiones competitivas por la disponibilidad de ventajas naturales y espaciales -con capital significativo y financiamiento mediante-, y que en conjunto el país tiene un potencial de producción eléctrica por encima de los 300GW.
Pero en el sendero de la innovación se observa, además, el crecimiento de la inversión en proyectos denominados «power-to-gas» (P2G) que refiere a la conversión de la electricidad en energía térmica en forma de metano, es decir un gas natural sintético.