El fútbol argentino suspenderá todas sus competencias hasta el 31 de marzo
La Primera División y el resto de las categorías del fútbol argentino quedarán suspendidas hasta el 31 de marzo próximo por la pandemia de coronavirus, tras un consenso logrado hoy por los diversos actores involucrados, que será oficializado en las próximas horas.
Los partidos Lanús-Argentinos y Rosario Central-Colón de Santa Fe completarán esta noche la primera fecha de la Copa de la Superliga y desde mañana ya no habrá actividad por la emergencia sanitaria que rige en el país, confirmó Télam con fuentes intervinientes en la decisión.
«Mañana se va a resolver esta situación», prometió el titular de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), Sergio Marchi, cuando ingresaba a la sede del gremio luego de reunirse con autoridades del gobierno nacional.
Horas antes, el propio dirigente sindical había admitido la posibilidad de la suspensión al adelantar que se respetaría «la decisión de los jugadores», en su totalidad de acuerdo con no prestar servicio para no exponer su salud.
El miércoles se perfilaba como el día clave para la decisión a partir de reuniones previstas en la sede de la Superliga, de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y de FAA, pero la presión de distintos sectores hizo precipitar una suspensión que ya está tomada y se comunicará, probablemente, mañana a primera hora.
Sucede que este martes a las 21.10 está previsto el partido entre Independiente y Villa Mitre de Bahía Blanca en cancha de Arsenal, por los 32vos. de final de la Copa Argentina, y los planteles, por el momento, no tienen comunicación oficial.
«Estamos a la espera de la decisión que se tome. Cuando antes sea, mejor. Nosotros estamos en Buenos Aires desde el sábado para jugar el partido», comentó Martín Neumann, dirigente del club bahiense, en diálogo con TyC Sports.
El capitán de Independiente, Silvio Romero, visitó el gremio por la tarde y dejó clara la postura de no disputar el partido. «Suspender es entender lo que está pasando. Tenemos programado un partido con Villa Mitre, que desde el sábado está en un hotel lleno de turistas. Creemos que el riesgo es más alto de lo normal», consideró.
Durante la jornada, los contactos entre Marchi, dirigentes de AFA y funcionarios de gobierno le dieron forma a la postura de parar el fútbol una vez cumplida esta noche la primera fecha de la Copa de la Superliga, que se jugó este fin de semana sin público luego de las primeras disposiciones relativas a la emergencia sanitaria.
El presidente Alberto Fernández admitió el domingo que el fútbol con presencia de hinchas no era posible en la actual coyuntura, dejó abierta la opción de que continuará a puertas cerradas y admitió su deseo que, en caso que así ocurriera, las empresas propietarias de los derechos televisivos habilitaran la transmisión abierta.
En ese sentido, la señal TNT Sports, una de las dos propietarias de la licencia, había manifestado su intención de permitir «que momentáneamente más gente acceda a los contenidos”, a diferencia de la otra empresa, Fox Sports, que no se pronunció.
Pero la chance de continuar con el fútbol en Argentina, a contramano de lo que se decidió en las principales ligas del mundo, comenzó a desvanecerse con el envío de una carta del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, a todas sus federaciones miembro.
El mensaje, destinado a los «queridos amigos del fútbol», exhortaba «hacer todo lo posible por proteger a los aficionados, jugadores, entrenadores y el resto de las personas que forman parte de nuestro deporte».
«En particular, las autoridades del mundo del fútbol deben tomar todas las medidas necesarias para evitar una mayor propagación del virus», solicitó el máximo dirigente del fútbol mundial.
En otro fragmento, Infantino recordó que «la salud y la solidaridad deportiva deben ser los principios que rijan las decisiones que se tomen en este crucial momento» y cerró su mensaje con un pedido taxativo: «protéjanse y cuiden a los demás».
La dirigencia del fútbol argentino se sintió interpelada por esa misiva y, pese a que algunos miembros eran partidarios a sostener la actividad para no sufrir perjuicios económicos, finalmente aceptó una suspensión que una vez expuso los desatinos de su organización.