Diabetes: los riesgos de sufrir la enfermedad y no controlarla
Hace 28 años, un 14 de noviembre, se instauró el Día Mundial de la Diabetes para concientizar sobre las causas y complicaciones de una enfermedad silenciosa que se prevé será una epidemia mundial en veinte años.
Es una enfermedad crónica, silenciosa y degenerativa que generalmente se descubre estudiando otras patologías y cuyo tratamiento es muy costoso.
La diabetes genera una disminución de 5 a 10 años en la expectativa de vida y en la argentina se calcula que hay 4 millones de personas que la padecen.
Lo peligroso de la diabetes es que si no es tratada, genera graves complicaciones asociadas al deterioro de la calidad de vida, la posibilidad de ceguera y/o diálisis y un elevado índice de mortalidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos veinte años el número de personas con diabetes se cuadruplicó, con mayor rapidez en los países de ingresos medianos y bajos.
Para la Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351) médica especialista en nutrición y directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF, “el impacto de esta enfermedad en el mundo puede observarse en los datos IDF (International Diabetes Federation) que informa que en el año 2015 existían 415 millones de personas afectadas, con una proyección de crecimiento a 642 millones para el 2040”.
La proyección es alarmante. En la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada a finales de 2018 , la prevalencia de diabetes en la población total fue del 12,7 % lo que registró un significativo aumento con respecto al año anterior que fue de un 9,8 %.
Esta enfermedad no tiene síntomas que alerten sobre su presencia, y aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la que produce.
Vale recordar que “la insulina” es una hormona que regula el azúcar en la sangre por lo que el efecto de la diabetes no controlada es “la hiperglucemia” (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.
Cuidados y prevención
El 50 % de los pacientes que tiene esta enfermedad ya sufre complicaciones establecidas en el momento del diagnóstico sin saberlo, por eso son tan importantes los análisis de sangre y los chequeos anuales.
La alimentación es el otro punto esencial para controlar los niveles de glucosa en sangre, disminuyendo la ingesta de harinas y azúcares refinados, y aumentando la cantidad de verduras, carnes magras tanto de vaca, pollo y pescado, así como la preferencia de semillas y frutos secos y lácteos descremados.
Controlar el peso, al igual que el colesterol y la presión arterial, y beber un mínimo de dos litros de agua por día, disminuir el consumo de sal, y fraccionar la alimentación en 4 comidas y dos colaciones.
Una mejor calidad de vida se logra no sólo con una buena alimentación sino también con evitar el sedentarismo y en ese sentido, la OMS recomienda que los adultos entre 18 y 64 años dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares, y prevenir la diabetes.