Hospital de San Vicente: un médico revitalizó la tarea de los médicos
Un médico del Hospital Ramón Carrillo de San Vicente publicó un texto en su Facebook reivindicando la tarea de dos pediatras y se convirtió en viral.
El hecho sucedió luego de que dos pediatras le salvaran la vida a un chico que ingresó a la guardia del Hospital sin vida, ahogado y sin latidos en el corazón. “Hospital de Mierda”, profesó la ironía con la cual el médico de 32 años escribió una carta abierta en la cual extendía un reconocimiento a las dos médicas pediatras que salvaron la vida del niño que había permanecido una hora ahogado en una pileta.
Se llama Sebastián Arman y desde hace dos años y medio que atiende en la guardia del Hospital Ramón Carrillo. Es nacido en San Vicente, y su publicación ya generó miles de compartidos y reacciones en Facebook.
A continuación, la carta completa:
«Las pediatras, están con una Urgencia»… «¡Siempre lo mismo, en este hospital de Mierda!»
Siendo las 12:30, al hospital de «Mierda», llega un nene de 1 año y 4 meses, MUERTO, sin vida, después de estar media hora en el agua, se ahogó, no respira, está helado, empapado, está azul, no reacciona, no llora, no grita, no ríe y no habla. Esta en silencio, con su mirada apagada, sin brillo, con las pupilas dilatadas, que no cambian con la luz. Lamentablemente, se fue…
Pero nuevamente, como hace unas semanas atrás, las pediatras, que según dicen «nunca atienden», llegan y comienzan a luchar con la muerte, tratando de arrancarle a ese chiquito, que se está llevando en brazos. Siempre respaldadas, por excelentes enfermeros y profesionales, que ante estas situaciones se abocan al paciente, quedándose de más, fuera de horario, ayudándonos entre todos. Siendo un equipo de profesionales, pero sobre todo humano (David Landa, Mónica Galeano, Griselda Bernachea Vanina Rocío Apaza Dr. Roque Matta, Dr. Daniel Ascaini)
El tiempo pasa, la pelea es dura, pero no se rinden fácil, se le hace RCP, se lo intuba, se le pasa medicación intravenosa, se rota, se lucha…
De a poco, el nene vuelve, muy lento, vuelve a la luz, a la fuerza.
El corazón despierta, late sólo, y cada latido es un alivio. ¡¡¡Volvió!!!, pero no solo, sino de la mano, de dos personas a las que admiro. Como siempre les dije, son: «Los ángeles de la guardia».
En la ventanilla siguen los gritos y los insultos hacía los chicos de admisión (Marcos Frutos, Yami Dominguez), esa gente no entiende, lo que acaba de pasar. No les importa, estamos para servirles y atender su dolor de garganta, que es lo más importante de este mundo. Es una guardia, para urgencias, como la que acaba de pasar. Pero ellos llevan horas esperando y en el hospital de «Mierda», nunca atienden.
Llega un ridículo con un celular filmando la puerta y hablando estupideces, lo hacemos pasar y le mostramos el nene, se queda pálido y se calla la boca (al menos por un rato).
El chico sale derivado, a las 19:15hs con pronóstico reservado, Dios dirá, ya 2 de sus ángeles, hicieron su trabajo.
Quizás deberían ver que detrás de esa puerta, que están pateando, estamos haciendo lo que tenemos que hacer.
Sí querés un certificado, una receta, antibióticos por una faringitis de hace dos semanas, tu diarrea, etc., etc., vas a tener que esperar, lo que sea necesario. Ahora si realmente lo necesitás, si está corriendo peligro tu vida, vas a pasar antes que nadie, para eso es la guardia.
Mientras tanto, pagá la cooperadora así no te quejas de la infraestructura, pagá tus impuestos, no faltes a los turnos, colaborá haciendo cursos de RCP, cuidá a tus hijos, cuidate vos, etc. Ayudá, serví…
En el hospital de «Mierda» te van a atender… Las pediatras mastican la bronca, se sacan los guantes, se acomodan el pelo, toman algo y salen a llamar a sus pacientitos. Ahora van a ver a tu nene con la tos de 1 semana, al que se lastimó por tus descuidos, etc. Luego de estar 7 hs en el Shock Room, te van a atender. Así que tranquilo, maleducado e irrespetuoso, que ya vas a entrar. Ahora vas vos.
Estas palabras son para darles mi cariño y respeto eterno, ¡a ambas! ¡Las admiro!
En nombre de la comunidad: ¡Gracias, por tanto! ¡Perdón por tan poco!