El tranvía de Mármol cuenta su historia
El tranvía llegó en 1908 y conectó la estación Mármol y el Barrio Martín Arín hasta 1928, cuando fue adquirido por la comuna.
Conviene aquí detenernos en la familia fundacional que le dio nombre al barrio. En 1878 llega a Argentina don Martín Arín, procedente del poblado vasco de Berrobí, Guipúzcoa, España; eran épocas en que los inmigrantes europeos llegaban a estas tierras con ánimo del progreso y crecimiento que tenían vedado en sus países de origen; huían de las luchas y la pobreza y encontraban aquí terreno propicio para desarrollar pueblos, colegios, bibliotecas, ferrocarriles e industrias.
En 1907, don Martín compra a Carmen Molina una fracción de siete hectáreas que concibe como el inicio de un soñado pueblo; con la intención de crear fuentes de trabajo, le vende unas cinco a la firma Moore y Tudor donde se instala una industria dedicada al armado de máquinas agrícolas, origen de la futura Massey & Harris. Ya existían en Mármol las fábricas de peines y de jabón, algunos comercios, tambos y chacras. Arín vivió en el pueblo en un chalet rodeado de jardines que ocupaba una manzana, con su esposa doña María Minondo y sus hijos.
En 1908, junto a otros notables pobladores, don Martín fundó la Compañía de Tierras y Tranvías y compran tierras para expandirse en la zona entre las calles Jorge, Buenos Aires (luego llamada Martín Arín), República Argentina, Amenedo y San Juan. Los integrantes de la compañía tuvieron la intención de fundar un pueblo que no tuvo reconocimiento municipal ni siquiera como barrio. Comienzan, entonces, la subdivisión, loteo y venta de los terrenos en el remate de 1911. Como los martilleros sugieren que la oferta se vería invalidada por la falta de transporte, deciden poner en funcionamiento la línea de tranvías a caballo, con un galpón de mampostería con techo de chapas como estación, sobre las calles Piedrabuena y San Juan.
Con el boleto de venta, entre otras cosas, se ofrecía seis meses de abono gratuito para el tranvía. Según el relato histórico del vecino Ricardo Resio: …”la Compañía de Tierras y Tranvías quiebra en 1927, la municipalidad se hace cargo del tranvía en 1928 y circula hasta 1943, siempre y cuando los motores, primero un Ford A y luego un Ford T, no fallaran, siendo los concesionarios de la última etapa los hermanos Canella.”… “Cuando la Municipalidad resuelve desactivar la actividad tranviaria, lo hace a cambio de la promesa incumplida en su momento de construir un camino pavimentado hasta Martín Arín.”
El tranvía, inicialmente tirado por caballos, circuló durante muchos años uniendo las distintas zonas del pueblo y conducido entre otros por los hermanos Sandoval. Comenzaba su recorrido a horas tempranas para posibilitar que los trabajadores tomaran el tren en la estación Mármol a las cinco de la mañana. Años después de iniciado el servicio, el tranvía prolongó su recorrido hasta el cementerio de Rafael Calzada. Municipalizado el transporte y convertido a motor, se usaba durante las épocas de lluvia particularmente por la avenida San Martín, aún de tierra, para efectuar los sepelios en Villa Calzada. Así nos cuenta el historiador local De Lillo: “Para esas oportunidades se disponían de dos tranvías, uno abierto de verano, en el que se trasladaban el ataúd y las flores, en otro cerrado de invierno, los acompañantes. “Anterior a este servicio del tranvía, los sepelios en tiempo de lluvia se realizaban en tren, en un viaje regular que partía de la estación Mármol llevando el féretro y el cortejo fúnebre; al llegar a la altura de la calle Falucho en Villa Calzada, se detenía. Entonces, los deudos y acompañantes bajaban el féretro, prosiguiendo luego la formación ferroviaria su viaje. Por último, el traslado se realizaba a pulso en su tramo final hasta el cementerio.” (“José Mármol, su historia y su gente”)