La hija del Almirante Brown, la leyenda
Una historia real y muy bonita de leer. Una leyenda que arrastra parte de la historia de Almirante Brown.
Una niña vestida de novia paseándose a la orilla del Riachuelo. Así describen el fantasma de Elisa Brown los vecinos de Barracas, en Buenos Aires. Hay quienes afirman que en las noches de luna llena una niña vestida de novia se pasea a la orilla del Riachuelo en el barrio de Barracas, en Buenos Aires.
Arrastrando su hermoso vestido por la arena, el fantasma de Elisa Brown lamenta el trágico desenlace de su vida amorosa. “La novia del Plata”, como la llaman los vecinos de Barracas, quienes afirman verla desde que se convirtiera en leyenda, hubiera sido simplemente una joven más en la sociedad porteña si su vida hubiera corrido mejor suerte. Hija del prócer de la independencia argentina, el almirante Guillermo Brown, Elisa creció entre las labores de aguja que le enseñara su madre y la pasión por el mar, que heredara de su padre.
A principios de S. XIX, los Brown habían llegado a Buenos Aires para instalarse en el barrio sureño de Barracas, donde junto a las clásicas barracas de cuero de los esclavos, se fueron levantando las suntuosas residencias de las familias más importantes de la sociedad bonaerense. CannonHouse o “la casa amarilla” como era conocida la lujosa residencia del almirante Brown, fue el escenario donde se desarrolló la historia de amor de Elisa Brown, de apenas diecisiete años, y el marinero escocés Francis Drummond, de veinticuatro, quien llegara a su vida de la mano del capitán Coe, amigo y compañero de su padre.
Alojado en CannonHouse, el joven Francis Drummond conoció y enamoró a Elisa con quien se comprometió pocos meses después. Su cálido y prometedor romance pronto se vio interrumpido por la guerra.
El 6 de abril de 1827, Francis marchó a combate con la flota de Brown, mientras Elisa bordaba su tan esmerado traje de novia. En el mar, la suerte de Francis, que comandara elbergantín Independencia, se vio afectada ante la desventaja Argentina, que tan sólo contaba con cuatro naves, enfrentadas a los dieciséis barcos brasileños. Pronto su barco quedaría varado y una bala heriría de muerte al joven Drummond, que con su último aliento pidió que se le entregara a Elisa el anillo que guardaba para su boda. Al enterarse de la noticia de la muerte de Francis, dicen que Elisa no emitió una mínima reacción adversa y continuó bordando su vestido de novia, como si nada hubiese pasado. Todos en CannonHouse creyeron que la joven acababa de sumergirse en una silenciosa demencia. La mañana del 27 de diciembre, fecha en la que la joven pareja había marcado su boda, Elisa vistió su traje de novia, el que había bordado con tanto esmero y caminó hacia la orilla del Riachuelo.
Fue su hermano Enrique quien advirtió la tragedia, que desde la atalaya de CannonHouse pudo ver el cuerpo de su hermana flotando sobre las aguas del Plata envuelto en su inmaculado vestido blanco. La joven, atormentada por la pérdida de su amado, acababa de entregar su vida al mar que su padre tanto amaba. El almirante nunca pudo reponerse de la tragedia.