Desarrollan venda para prevenir conmociones cerebrales en deportistas
Los sensores de esta cinta transmiten en tiempo real a médicos, entrenadores y árbitros, la importancia de un golpe en la cabeza sufrido por un jugador sobre el terreno de juego.
Una venda inteligente, capaz de valorar la gravedad de las conmociones cerebrales sufridas por los deportistas, sobre todo en el rugby y el football americano, está siendo probada en Australia, anunciaron los investigadores este miércoles.
Esta cinta, llamada «brainBAND», esta llena de sensores que pueden transmitir en tiempo real a los médicos, a los entrenadores y a los árbitros, la importancia de un golpe en la cabeza sufrido por un jugador sobre el terreno de juego.
El especialista neurólogo Alan Pearce señaló que en estos momentos la decisión de dejar o no a un jugador sobre el césped tras un gran choque se toma de manera totalmente subjetiva.
«Esta tecnología indicará en tiempo real lo que sufre el jugador en la cabeza, con una medición objetiva que permitirá tomar una decisión», explicó a AFP este investigador de la Swinburne University de Melbourne.
«Los jugadores podrán dar los datos directamente cuando llegan al hospital y permitir a los servicios de urgencias un diagnóstico más preciso», añadió, precisando que se necesitan más pruebas antes de poder comercializar el producto.
Entre los pocos profesionales a probar la venda negra, muy discreta, destaca el internacional australiano Israel Folau (38 partidos internacionales de rugby).
Pese a que se alegraba de no haber sufrido una conmoción cerebral en lo que va de carrera, el back de 26 años señaló al Daily Telegraph que es muy importante «la sensibilización en este tema».
La cinta también permitiría señalar los efectos de un contacto aparentemente inofensivo a simple vista, con un dispositivo de luces LED, que señalarían la gravedad del impacto.
El prototipo se probó en Australia entre jugadores de rugby amateur, para afinar su diseño y probar si era capaz de registrar también los pequeños golpes que podrían tener un efecto acumulativo.
«No son obligatoriamente uno o dos grandes golpes, sino los pequeños contactos repetidos en la cabeza los que pueden provocar los problemas a largo plazo que se ven en los jugadores», concluyó Pearce.