Los controles en Suecia y Dinamarca aumentan la presión en la zona Schengen
Los últimos controles fronterizos impuestos en Suecia y Dinamarca para frenar la entrada de refugiados aumentan la presión sobre el espacio Schengen de libre circulación de personas en la Unión Europea (UE), cuestionado en los últimos meses por la aplicación de este tipo de medidas en un número creciente de países.
La Comisión Europea (CE) comenzó el lunes a analizar la reintroducción temporal de controles por parte de Dinamarca en su frontera con Alemania, notificada el mismo día a Bruselas y que en principio está previsto que se aplique entre el 4 y el 14 de enero.
La portavoz comunitaria de Interior, Tove Ernst, dijo hoy en la rueda de prensa diaria de la institución que, «según un primer análisis, parece darse una situación cubierta por las normas» e indicó que la CE estudiará detenidamente los hechos y mantendrá informados tanto al Consejo como al Parlamento Europeo.
Y recordó que la normativa que regula Schengen prevé la aplicación de ese tipo de controles con carácter excepcional, solo en casos de grave amenaza al orden público o a la seguridad interna.
A pesar de que la Comisión defiende con insistencia que Schengen es uno de los pilares básicos de la UE y asegura que su existencia no se cuestiona, la aplicación de controles fronterizos desde que comenzó la crisis de refugiados está cada vez más extendida en los Estados miembros.
Además de Suecia y Dinamarca, en estos momentos aplican estas medidas Austria, Alemania y Francia, así como Noruega, que no es miembro de la UE, pero sí del área de libre circulación de Schengen.
Hasta la fecha, la CE autorizó en todos los casos esos controles temporales, recordó la agencia EFE.
La reintroducción por las autoridades danesas de inspecciones temporales se produjo después de que Suecia anunciase este domingo que comenzaría a aplicar controles de identidad fronterizos con Dinamarca para frenar la oleada de refugiados llegados a aquel país, el que más solicitantes de asilo per cápita recibe en la UE.
Será la primera vez que las personas que viajen entre ambos países se someterán a esos controles desde finales de los años 1950, cuando entró en vigor un acuerdo bilateral que eximía de mostrar el pasaporte.
A continuación, Dinamarca anunció el restablecimiento de los controles fronterizos con Alemania, una decisión que el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, justificó por las consecuencias para la seguridad derivadas de la entrada en vigor de inspecciones de identidad limítrofes impuestos por Suecia.
Rasmussen alertó, además, de que los controles suecos podrían tener un efecto dominó en Dinamarca, que registró desde finales de septiembre 13.000 solicitudes de asilo, casi tantas como todo el año pasado, aunque lejos de las casi 163.000 de Suecia.
Por su parte, Alemania defendió este lunes la necesidad de una actuación a nivel europeo para hacer frente al flujo de refugiados y pidió mejorar la protección de las fronteras exteriores comunitarias, al tiempo que rechazó que la solución sea blindar los límites territoriales nacionales.
El portavoz alemán de Exteriores, Martin Schafer, subrayó que «la libertad de movimiento en Europa y en la UE es un bien muy preciado, quizás el logro más importante de los últimos 60 años», pero consideró que Schengen «está en peligro», a la vista del flujo de refugiados con el que la Unión tuvo dificultad de lidiar en los últimos meses.