Phubbing: más de la mitad de los argentinos mira el celular en medio de una conversación

Así lo establece un estudio realizado por una universidad. Conocida como “phubbing”, es una modalidad cada vez más frecuente y a la que muchos ni siquiera registran como una falta de respeto.

Como a la mayoría de los fenómenos sociales o tecnológicos de la época, los estadounidenses hace ya un tiempo que le pusieron nombre. Se llama “phubbing” y refiere a la acción de mirar el celular mientras se conversa con otra persona. La palabra surge de la unión entre phone (teléfono) y snubbing (menospreciar). Acá, una encuesta divulgada ayer por la Universidad Siglo 21 reveló que más del 57% de los argentinos asegura que, en encuentros cara a cara, con familia o con amigos, la otra persona se pone a chequear el celular en medio de la conversación.

“Si bien el celular puede ser un instrumento que conecte a las personas existe un riesgo que, por no poder dejar de prestarle atención en medio de interacciones sociales, uno “destrate” (una forma leve de maltrato social) a la persona que tenga al frente”, describió la investigación de la universidad.

En esta línea, agregó que hay personas que, sin quererlo, “pueden interrumpir el diálogo social con alguien presente por estar usando el celular”. En particular, como se dijo, el 57,7% de los encuestados afirmó que, en medio de una conversación, la otra persona siempre se pone a chequear el celular pese a que la charla no terminó.

Asimismo, el 13,3% de los encuestados asumió que interrumpe conversaciones familiares y con amigos para chequear el celular.

Si bien no es la primera investigación que aborda el tema y, sobre todo, el destrato que muchas veces imponen las nuevas tecnologías, el estudio precisa que esta costumbre ya es un hábito para la mayoría de quienes viven en el país. Y es sabido: de tanto hacer y sufrir phubbing, las personas comenzaron a considerar la actitud como algo corriente y le quitaron el halo de grosería que solía tener hasta no hace mucho tiempo.

Antes de que existieran los teléfonos celulares -en ese mundo que parece ya no de otro tiempo sino de otra vida-, si alguien quería ignorar a alguien debía tomarse ciertas molestias y hacerse cargo de su actitud. Pagar el costo, por ejemplo, de ponerse a leer el diario o mirar la pantalla del televisor sin prestar atención a lo que le decían.

“El uso de celulares se ha naturalizado tanto que tomamos como algo normal el estar comiendo con alguien o en alguna actividad cara a cara y mirar el teléfono permanentemente, como si no tuviésemos a nadie adelante”, apunta Laura Jurkowski, psicóloga y directora del centro especializado en adicciones a Internet “Reconectarse”.

A su vez, “las nuevas tecnologías de comunicación e información (TICs) están diseñadas para captar rápidamente nuestra atención, por eso estamos continuamente a punto de distraernos”, remarcó Carlos Sponton, coordinador del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales en la Universidad Siglo 21 y coautor de la investigación.

De acuerdo al trabajo, además, el 35% de los encuestados reconoció que “chequea el celular aunque no haya sonado”, mientras que el 21,5% “cree que su celular ha vibrado y cuando chequea verifica que no vibró”.

Asimismo, uno de cada cuatro encuestados señaló sentir “un impulso interno que le obliga a utilizar esas tecnologías en cualquier lugar y momento”.

Esa acción de chequear permanentemente los dispositivos mientras se participa de una conversación cara a cara puede generar que el otro se sienta “ignorado o no tenido en cuenta”, sostuvo Jurkowski, por lo que recomendó.