Mesa navideña saludable: consejos para disfrutar sin culpas

Participar de las tradicionales comidas de Navidad y Año Nuevo no necesariamente implica romper con una dieta hipocalórica para aquellas personas que la vinieron siguiendo durante todo el año.

Los especialistas en nutrición aseguran que una de las principales características que debe tener un menú navideño para ser saludable y equilibrado, sin por eso alejarse de la tradición, es incluir un 50 por ciento de verduras -crudas o cocidas- en los dos primeros platos, y un 50 por ciento de frutas -frescas o secas- en el postre.

El menú típico que usamos los argentinos para las fiestas viene de la cultura de los países nórdicos, donde las temperaturas son bajas y usan alimentos calóricos como nueces, budines y garrapiñadas, helados que son fuentes de azúcares simples, y las carnes que aportan ácidos grasos saturados.

Para bajar el número de calorías, se recomienda:

* usar cortes magros como el peceto o el lomo,
* reemplazar las carnes rojas por pescado fresco,
* la ensalada rusa por una de verduras frescas de estación y
* los aderezos como la mayonesa, o el queso, por un queso untable descremado.

En cuanto a los postres, a los tradicionales helados, budines, pan dulce y turrones se puede agregar uno que sea a base de frutas, como ensalada de frutas o tarta de frutas.

Sobre las bebidas alcohólicas, lo ideal es no más de una copa de vino y no más de una de champangne.
Además, se debe dar importancia a “la planificación” de la comida en cuanto a cantidad y calidad.

En cuanto a los hábitos de las horas previas a las cenas de Navidad y Año Nuevo, no hay que eliminar comidas para compensar los excesos de la noche porque “las deudas de hambre se pagan en comida”.

Además del aumento de peso, el otro riesgo que representan las comidas de fin de año son las indigestiones o intoxicaciones, ya sea por exceso en el consumo o por alimentos en mal estado.

Lo recomendable, es no dejar más de 2 horas los alimentos fuera de la heladera, no hacer mayonesas caseras y no comprar quesos y fiambres en la calle o de dudosa procedencia.