Los riesgos de la comida chatarra

El estudio plantea que “una dieta con alto contenido de azúcar y grasa afecta la capacidad cognitiva”, por lo cual la comida chatarra no solamente traería aparejadas consecuencias como hipertensión, elevados niveles de colesterol, diabetes y obesidad, sino que también sería la causante de un posible daño cerebral.

Este estudio corresponde a la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia. Los investigadores demostraron que una dieta con alto contenido de azúcar y grasa, aún a corto plazo, puede perjudicar la capacidad cognitiva del cerebro.

Según los resultados publicados en la revista Brain, Behavior and Immunity, tan sólo una semana después de alimentar a roedores con alimentos poco saludables, los científicos encontraron que los animales presentaban deterioro en la memoria. Curiosamente, lo mismo sucedía con las ratas cuya dieta era sana pero bebían ocasionalmente agua azucarada (como si se tratara de refrescos).

Asimismo, un análisis posterior mostró que los sujetos de estudio tenían inflamadas ciertas regiones cerebrales asociadas a la memoria espacial, como el hipocampo.

Margaret Morris, autora del estudio, explicó que “así como la comida basura provoca inflamación en el cuerpo, también genera cambios sustanciales en el cerebro, los cuales se hicieron evidentes incluso antes de que las ratas mostraran un aumento de peso. Es que, al decir de los hacedores del estudio, la velocidad a la que se deteriora el cerebro a raíz de una mala dieta es sorprendente”.

Algunas declaraciones de los investigadores

“Al aumentar el colesterol plasmático (LDL), se incrementa el riesgo de enfermedad coronaria, que es una de las principales causas de la arteriosclerosis”, explican los responsables del trabajo. Y agregan que, más allá de las enfermedades coronarias, “este tipo de alimentación conlleva al deterioro de la memoria, pérdida de atención y disminución de la concentración. Esto sucede ya que ciertos péptidos se encuentran en el cerebro y son responsables de estas funciones tanto de aprendizaje y memoria”.

Si bien en la actualidad los investigadores se esfuerzan por encontrar la manera de frenar la tan temida inflamación cerebral, una investigación preliminar apuntaba a que el daño en las ratas no es reversible con una dieta saludable. “Pero este trabajo demuestra que el exceso de consumo de azúcares y grasas saturadas afecta de manera directa el funcionamiento del cerebro -apunta Morris-. Esto se puede observar en los niños y adolescentes que, sumado al sedentarismo, se encuentran desganados, con falta de atención y muchas veces disminuyendo su rendimiento académico. Por tal motivo se debe evitar a cualquier edad estos tipos de comidas, hacer más actividad física y mantener una alimentación equilibrada y saludable”.

Así las cosas, si bien una buena nutrición es importante a cualquier edad, los estudios enfatizaron en que las personas mayores que consumen comida chatarra podrían exponerse a mayores riesgos de experimentar un declive mental.

El trabajo se torna aún más preocupante si se analiza que las ventas de alimentos procesados industrialmente, incluyendo la comida rápida y las bebidas azucaradas, aumentaron de manera constante en América Latina y están ayudando al incremento de las tasas de obesidad en toda la región, según los últimos datos de la Organización Panamericana de la Salud.