“Los gendarmes tiraron sin contemplaciones”, dijo el abogado de las víctimas

El abogado Alberto Mingrone contó hoy que unas 140 personas, en su gran mayoría “criaturas de entre dos y once años, estaban ensayando como todos los días”, cuando fueron atacadas a balazos por gendarmes en la Villa 1-11-14 de la zona porteña del Bajo Flores.

Los heridos integran la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo”, dirigida por Gustavo González, quien recibió más de una docena de balazos de goma en diversas partes del cuerpo al proteger a su hijo.

Según relató Mingrone, a las 21 del viernes pasado apareció un patrullero que se acercó hacia la murga y González fue a hablar con los efectivos para decirles que si iban a pasar se corrían.

“Mientras hablaba con ellos, el que manejaba el patrullero seguía avanzando muy lentamente y tirándole el coche a unas chicas de la murga”, dijo el letrado y agregó que “en ese momento se bajaron dos con escopeta” y uno de ellos le preguntó al director: “¿Sos guapo vos?”.

“A González lo siguieron y le dieron como catorce disparos de balas de goma, al hijo le pegaron en la pierna con una bala de plomo y empezaron a tirarle al resto de la gente sin contemplaciones”, indicó Mingrone.

Al contar lo sucedido, el propio González detalló que un gendarme lo empujó y lo hizo caer. Cuando su hijo de 14 años se acercó a ayudarlo, vio que otro efectivo le estaba apuntando al joven y lo corrió de un empujón.

“Le dan a mi hijo un impacto de bala, de perdigones de plomo, en la pierna, que era para mí. Después, me siguen tirando. Estaban como locos”, remarcó el director de la murga.

Mingrone detalló que una madre también recibió “nueve disparos de goma en el cuerpo desde una distancia de un metro” al proteger a su nene de ocho años y que hay otro chico de la misma edad con un disparo en la pierna y “un perdigonazo que le había quedado alojado en la parte arriba de la ceja”, por lo que casi pierde un ojo.

El letrado contó al menos ocho personas heridas, cinco de ellos menores, pero aclaró que seguramente son más ya que algunos no quisieron “dar la cara por miedo”.

“Hay un montón de gente que cuando empezaron las corridas y los tiros se caía, muchas mujeres que llevaban a los nenes a la murga y estaban con otros niños más chicos cuidándolos, madres algunas embarazadas, una cosa totalmente familiar”, concluyó.

El caso es investigado por el fiscal Miguel Palazzani, de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), que ayer informó en un comunicado que hubo 11 heridos y que “no hay elementos que indiquen que las personas agredidas tuvieran armas”.

En cuanto a los dos gendarmes baleados que denunció el Ministerio de Seguridad, Palazzani descarta por el momento que “hayan sido heridos en el contexto de la represión denunciada ante el Ministerio Público Fiscal”.

Aparentemente, el cabo Gabriel Baspineiro y el sargento Ezequiel Cardozo recibieron disparos de arma de fuego en un operativo posterior, vinculado a una causa por autos robados.

“Esto no es como dice la policía. En ningún momento les tiramos piedras, ni somos narcos como dijeron. No vamos a hacer algo malo para que lastimen a nuestros chicos”, aseguró González al ser consultado por los medios.